Por Oscar Mercado, director del Programa de Sustentabilidad UTEM y presidente de la Red Campus Sustentable.
Este 17 de mayo se celebra el Día del Reciclaje, concepto moderno que comenzó a frecuentarnos hace no tantos años y que hoy tienen un carácter casi de necesidad imperiosa. En su esencia el reciclaje es sin duda un aporte importante a la mantención de los recursos naturales del planeta; por cada elemento que se recicla se dejan de explotar recursos naturales y eso es, de por sí, un gran aporte al combate de la devastación de nuestros ecosistemas. Es también un aporte importante desde el punto de vista de la utilización de nuestras tierras y mares como un gigantesco vertedero donde van a parar toneladas de nuestros residuos, en palabras simples, cada botella de plástico que reciclamos es una botella que no llega ni al vertedero para su descanso eterno ni a los mares para aumentar su polución.
Bienvenidos son entonces todas las iniciativas que en nuestro país contribuyen al reciclaje, con la esperanza puesta en que en no tantos años logremos superar el erescuálido 10% que reciclamos y logremos acercarnos a las cifras de países avanzados en este ámbito.
¿Por qué reciclamos tan poco los chilenos? Varias son las causas; la primera es que el reciclaje ha sido siempre un negocio; quienes reciclan lo hacen por ser una fuente de ingreso para ellos. Si queremos que se extienda, también debe extenderse este como negocio. Muchos ejemplos dan cuenta de ello; cuando el precio del cartón era muy alto, muchas personas se dedicaban a su reciclaje; ahora con precios menores, la cantidad de personas disminuye.
Hasta hoy solo existe la motivación económica en mantener el circuito funcionando. Conste que me refiero a los intermediarios, quienes transportan y procesan los residuos, no a quienes ponen en práctica de manera gratuita procesos de segregación de residuos en empresas, organizaciones y establecimientos educacionales. Esperemos que el próximo reglamento de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor aporte mayores incentivos que motiven a nuevos actores en el reciclaje.
Una segunda causa, tal vez más importante, es la poca conciencia que como sociedad hemos desarrollado al respecto. No existe la cultura del reciclaje. La cultura de la mayoría de nosotros es la del menor esfuerzo, lo que se refleja en no estar dispuesto muchas veces a siquiera pensar «¿Qué hago con esto?» cuando genero un residuo. Y si lo pensamos no somos capaces de mantenerlo con nosotros hasta que encontremos el lugar adecuado para depositarlo.
Una década de mantención de puntos de segregación en la universidad nos han enseñado que si no tenemos contenedores de residuos cerca los residuos se lanzan en cualquier parte, pero también nos ha enseñado que manteniendo compañas de difusión y procesos de capacitación es posible avanzar. Con esto caemos en la máxima de siempre: la educación es la clave para mejorar estos procesos, así como casi cualquier otro aspecto social que necesitemos mejorar. En este contexto, las instituciones de educación superior agrupadas en la Red Campus Sustentable, han desarrollado muy buenas experiencias en procesos de sensibilización sobre la importancia del reciclaje y pueden mostrar más una experiencia exitosa en este sentido; solo educando podremos tener un Chile mejor.
