Ante la escasez hídrica que enfrenta el planeta por el impacto del cambio climático y el creciente consumo humano de agua, la huella hídrica toma relevancia como herramienta para la gestión del recurso. Este indicador identifica los principales consumos y cuantifica los potenciales impactos, ayudando a tomar mejores decisiones en las empresas sobre el uso de agua. El manual de aplicación para evaluar la huella hídrica acorde a la norma ISO 14.046 fue desarrollado por Fundación Chile y la empresa peruana Agua Limpia, en el marco del proyecto Suizagua Andina, para que otros actores puedan replicar la metodología.
“La huella hídrica ha dejado de ser un simple indicador, transformándose en una herramienta de gestión que busca simplificar y contextualizar los problemas del uso de agua en un territorio compartido por múltiples usuarios, para avanzar en la búsqueda de soluciones estratégicas sustentables en la gestión del recurso. El documento presenta la metodología y un caso práctico que está dirigido a técnicos de empresas y al mundo académico para que también puedan usarla” explicó la líder de Estrategias Hídricas de Fundación Chile, Claudia Galleguillos.
Cifras recientes, de la Estrategia y Plan nacional 2016-2030 de Chile ante Naciones Unidas, indican que alrededor de un 70% del territorio chileno está siendo afectado por la sequía. En este contexto, es fundamental potenciar las buenas prácticas para hacer un uso eficiente del agua, debido a que el recurso es un insumo crítico para consumo humano y el desarrollo de las principales actividades productivas.
El manual de aplicación para evaluación de huella hídrica acorde a la norma ISO 14.046, constituye para Fundación Chile un aporte para mejorar la gestión del agua en Latinoamérica, dado que determina los focos de esfuerzo de reducción, mitigación y compensación, considerando el contexto territorial donde está inserto.
Suizagua Andina es un proyecto internacional enfocada en reducir la huella hídrica del mundo privado en beneficio de la comunidad. La iniciativa se ha desarrollado en países como Chile, Perú y Colombia y cuenta con el financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude).
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