Hacia una comprensión científica y moderna de la zona costera en Chile

La costa es un sistema, y como tal, requiere una comprensión holística que permita proteger sus ecosistemas vulnerables, reducir el riesgo de la población y la incubación de grandes desastres y orientar un desarrollo realmente sostenible y participativo.

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En Chile nos acostumbramos a hablar de la costa como si fuera una línea evidente, fija y fácil de delimitar: un borde. Sin embargo, cualquiera que observe con atención el litoral -sus playas que avanzan y retroceden, las dunas móviles o los humedales que cambien de extensión y las marejadas cada vez más frecuentes y extremas-, entiende que la zona costera no es estática: es un espacio dinámico, vivo y profundamente complejo. Ignorar esa realidad ha tenido consecuencias visibles en todo el país: urbanización en áreas expuestas a amenazas recurrentes, construcciones sobre campos dunares, pérdida acelerada de ecosistemas costeros y una creciente vulnerabilidad frente al cambio climático.

Carolina Martínez, directora del Centro UC Observatorio de la Costa

Por ello desde el Centro UC Observatorio de la Costa, junto al Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN) y con apoyo del Comité Oceanográfico Nacional (CONA), hemos desarrollado una propuesta técnico-científica para delimitar la zona costera en Chile. Se trata de “Bases científicas para una zonificación costera en Chile: propuesta para una Política Costera”, un trabajo pionero que busca actualizar el enfoque con el que históricamente se ha definido este territorio, superando la antigua y reducida noción de que la costa es un borde. Este criterio heredado de otra época, simplemente ya no da respuesta a los desafíos del presente.

Hoy sabemos -y la ciencia lo demuestra con claridad- que la zona costera debe entenderse como un espacio de interacción permanente: entre tierra y mar, entre ecosistemas terrestres y marinos, entre procesos geológicos, climáticos, biológicos y humanos. Por eso, nuestra propuesta establece las bases científicas para el deslinde de la zona costera a través de un conjunto de criterios asociados principalmente a procesos litorales, geomorfológicos, biológicos y geológicos  que permiten definir la zona costera de manera coherente con la literatura científica y la realidad geográfica de cada territorio.

Hablamos de criterios tales como la marea astronómica, la marea meteorológica, el oleaje extremo, el cambio climático, la reconstrucción geológica y el enfoque socioecológico, los cuales son susceptibles de determinar usando herramientas de percepción remota y las geotecnologías actuales de monitoreo costero.

Esta propuesta no solo refleja el estado del conocimiento internacional, sino también una sólida base de investigación desarrollada en Chile, con apoyo de la Pontificia Universidad Católica, universidades regionales, Centros de Excelencia como el Instituto Milenio SECOS y el Observatorio de la Costa UC, así como de servicios públicos y la comunidad organizada que impulsa la protección costera.

¿Por qué es tan esencial avanzar en este enfoque? Porque Chile es uno de los países más expuestos al cambio climático y sus efectos son ya evidentes: retroceso de playas, marejadas más intensas, eventos climáticos extremos, inundaciones costeras y daños crecientes en infraestructura pública y privada, afectación a la economía local y nacional. Para enfrentar estos desafíos, necesitamos contar con una gestión integrada de la zona costera, basada en evidencia científica y no en criterios administrativos obsoletos.

El objetivo de este trabajo no es sólo técnico: es también un llamado urgente a replantear la manera en que concebimos y gobernamos la costa. No podemos seguir tomando decisiones sobre la base de miradas fragmentadas. La costa es un sistema, y como tal, requiere una comprensión holística que permita proteger sus ecosistemas vulnerables, reducir el riesgo de la población y la incubación de grandes desastres y orientar un desarrollo realmente sostenible y participativo.

Chile está en un momento decisivo para dar un salto hacia una gestión costera moderna, sólida y que nos prepare para enfrentar el futuro. Este documento científico es un paso en esa dirección: un aporte concreto para que el país cuente con herramientas robustas que permitan tomar mejores decisiones, pensando la construcción de ciudades y sociedades más justas y sostenibles.

La costa chilena es un patrimonio natural, social y económico de enorme valor delimitarla bien -con rigor, con evidencia y con visión de largo plazo- es fundamental para su preservación. Ese es el compromiso que asumimos con este trabajo y que seguiremos impulsando desde la academia, en colaboración con el Estado, la ciudadanía y quienes reconocen la importancia de mirar la costa no como un borde, sino como un territorio vivo que debemos cuidar para nuestro bienestar individual y colectivo.

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