Analizan producción de biogás en plantas de tratamiento de aguas residuales incorporando residuos de termoeléctricas

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Tratar las elevadas cantidades de lodos producidos en el tratamiento de aguas residuales –urbanas y agroindustriales– a través del proceso anaerobio, que también permite generar biogás, es el principal objetivo del proyecto Fondecyt que desarrolla el Departamento de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Técnica Federico Santa María y que busca además disminuir el impacto ambiental que genera este tipo de desechos.

 

Según detalla Lorna Guerrero, profesora de esa Unidad Académica, y quien lidera la iniciativa, la digestión anaerobia es la degradación por bacterias de materia orgánica en ausencia de oxígeno y que a través de su metabolismo logran producir biogás. “En el caso de este proyecto y para mejorar la eficiencia de este sistema de producción, se contempló la incorporación de trazas de metales para maximizar la actividad catalizadora”, agrega.

 

El lodo que se utiliza en la fase inicial de esta investigación proviene de una planta de tratamiento aerobia de aguas residuales instalada en una faenadora de aves, lo que genera una elevada cantidad de microrganismos. “Los microrganismos que se generan en plantas de este tipo crecen y se transforman en un residuo que muchas veces se hace inmanejable o sus costos de tratamiento son muy elevados. Por eso, una de las alternativas que se utiliza es someterlos a un digestor anaeróbico, el que además permite producir biogás, que puede ser utilizado como calor directo o para generar electricidad”, señala la investigadora. 

 

Para lograr mejores resultados en la producción de biogás, a los microorganismos se les suministran residuos que contengan metales en pequeñas cantidades, para que así la digestión anaerobia aumente su productividad.

 

“Para lograr mejores resultados en la producción de biogás, se está estudiando la aplicación de trazas de metales, lo que a escala real tendría elevados costos. Sin embargo, el uso de fuentes más económicas podría ayudar a controlar este parámetro sin gastos adicionales, siendo los residuos de cenizas volantes de las termoeléctricas o minería los utilizados”, sostiene Guerrero.

 

Este proyecto, desarrollado en conjunto con la Universidad de Santiago, USACH y que se extenderá hasta el año 2015, contempla además el desarrollo de un modelo matemático que operará través de un software y que permitiría determinar qué tipo de residuos y en qué cantidad se le deben suministrar a los microorganismos para obtener una mayor productividad del proceso.  

 

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