Tras muerte de huemules refuerzan trabajo para controlar enfermedad transmitida por el ganado en Aisén

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Tras comprobarse la muerte de dos ejemplares de huemul, probablemente por la enfermedad conocida como linfoadenitis caseosa, causada por la bacteria Corynebacterium pseudotuberculosis, presente en ovejas y cabras, la Corporación Nacional Forestal (Conaf), y los demás organismos pertinentes, han reforzado el trabajo de supervisión e intervención sobre la población de huemules en la Reserva Nacional Cerro Castillo, donde se estima la presencia de cerca de 40 ejemplares.

Tal como se informó hace aproximadamente un año, a partir de una muestra obtenida de un absceso que presentaba el ejemplar macho adulto bautizado como “Blanco”, se diagnosticó esta enfermedad, que según la identificación genética de la cepa se trata de la misma que causa esta enfermedad en ovejas y cabras. En todos los documentos que hacen alusión a los problemas de conservación del huemul, se indica que las razones por las cuales se encuentra amenazado tienen que ver con la destrucción u ocupación del hábitat, el hostigamiento y ataque de perros, la caza ilegal y la transmisión de enfermedades desde el ganado doméstico.

La enfermedad se transmite del ganado doméstico al huemul y se evidencia, al menos en algunos individuos, en la formación de abscesos (aumentos de volumen o protuberancias), donde se desarrolla la bacteria. La linfoadenitis caseosa, en el ganado doméstico, es una enfermedad que tiene una baja mortalidad, pero que por otra parte puede tener alta tasa de morbilidad (alta tasa de animales contagiados) si se dan las condiciones para ello (deficiente manejo del ganado, heridas y diseminación de la bacteria). A nivel nacional, no se tiene conocimiento de cómo se comporta esta enfermedad en los huemules y esa es la preocupación principal en la actualidad.

En la Reserva Nacional Cerro Castillo, Conaf centró el seguimiento en cinco individuos que poseen radiocollares, cinco de los cuales presentaban signos de la enfermedad. Uno de esos animales, “Blanco”, que fue capturado el 15 de octubre de 2015, presentaba un absceso de gran tamaño, que fue tratado según protocolo preestablecido, trasladado a Coihaique, mantenido en un encierro por 10 días y luego liberado en la misma Reserva Nacional. Este animal presentó una excelente recuperación según los registros y observaciones posteriores realizadas mediante telemetría, que se mantuvieron hasta septiembre de este año. Sin embargo, el mes pasado fue observado con un estado general en franco deterioro y fue hallado muerto al cabo de un par de días. La necropsia del animal, mostró abscesos internos en diversos órganos, además de otros cuadros patológicos o complicaciones multibacteriales, además de un estado general deteriorado. No es posible afirmar que la enfermedad (LAC) sea la causa primaria de la muerte, pero sin duda que alguna responsabilidad le cabe.

Además, la primera semana de noviembre, se observó a una hembra, no identificada con anterioridad en el sector, que presentaba un estado general tan crítico como el ejemplar anteriormente mencionado. Cuando esta hembra murió se le practicó la necropsia y la causa de muerte es igualmente incierta, pero presentaba abscesos compatibles con la enfermedad, además de otras patologías, entre ellas, dos quistes hidatídicos en sus pulmones.

El director regional subrogante de Conaf, Marcelo Dörner, señaló que “desde el descubrimiento de la enfermedad el año pasado, se ha realizado un monitoreo permanente de la población de huemules en la Reserva para ir detectando otros animales enfermos, observando la evolución de los animales marcados. Ese es precisamente el foco de la atención actual, el seguimiento de los animales que han presentado signos y que están ahora en buen estado, de modo de conocer la evolución que presentan. Esto se suma a las acciones fuera del área silvestre, las que se deben realizar para impedir la diseminación y contagio de la enfermedad a los huemules”.

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