¿Por qué simular un estómago humano para cuantificar la toxicidad de un suelo minero o de un suelo contaminado? Se trata del mejor escenario para ponderar la cantidad de metales pesados existentes (plomo, arsénico y otros) en un suelo contaminado, los que tienen clara incidencia en la calidad de vida de la población, ya que la ingesta oral accidental facilita la generación de enfermedades como el cáncer.
Así lo explica la ingeniera civil química Carolina Parodi Dávila, directora de Transferencia Tecnológica de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) y líder del proyecto Mabiomet. Para la profesional se trata de un aspecto de constante interés en el país, considerando el perfil minero de Chile, el aumento de la generación de este tipo de residuos, el desarrollo de variados conflictos socioambientales relacionados a la temática y la vigencia de un marco regulatorio a la actividad.
Indica que “todo este cuadro hace que la industria minera sea más responsable hacia las poblaciones y el medio ambiente, con el desafío de implementar en sus faenas nuevos sistemas de monitoreo remoto con dispositivos de bajo costo, en línea y tiempo real”. Cabe considerar que, de acuerdo a investigaciones académicas, se estima que al año 2026 deberán gestionarse en el país unas 915 millones toneladas de material de relaves.
Mabiomet es un dispositivo tecnológico móvil y automatizado, que permite conocer el riesgo real en las personas al ingerir accidentalmente metales pesados y metaloides del suelo, cuantificando la variable ambiental llamada “bioaccesibilidad”.
Por eso, opera simulando un estómago humano en funcionamiento, considerando su misma lógica, con elementos fabricados que representan a los biofluidos (jugos gástricos, bilis y jugo duodenal), respetando el tiempo de digestión humana, incluso las temperaturas presentes en el cuerpo. Las muestras pasan por procesos de análisis de alto estándar, con resultados certificados y respondiendo a las normativas internacionales ISO 17.924 e ISO 18.400, específicas de ensayos de bioaccesibilidad en Europa y sistema de toma de muestras representativas, respectivamente.
Patente y licenciamiento
“La idea es que a través de un solo equipo en un laboratorio móvil se puedan identificar y cuantificar estos metales y metaloides presentes en sitios y residuos mineros cercanos a la población humana. Se trata de una tecnología chilena que optimiza tiempos -quince días para un primer sector- y procesos, promoviendo así acciones más específicas en la gestión ambiental estratégica de la industria minera, apoyando una conversión hacia la minería verde”, detalla Carolina Parodi Dávila, magíster en Medio Ambiente.
Si bien estos datos pueden ser obtenidos por las empresas locales del rubro, los estudios se debían realizar en laboratorios de Europa o Canadá, por ejemplo, lo que significaba el envío de muestras contaminadas al extranjero y tiempos prolongados, con un alto costo operacional y un proceso engorroso, complicado -además- por nuevas disposiciones ambientales internacionales.
En el desarrollo de Mabiomet han trabajado profesionales de múltiples disciplinas de la UTEM, destacando el trabajo de las doctoras y geógrafas Keyla Alencar da Silva y Drielly Fonseca da Silva (geógrafa), junto al staff compuesto por Luigi Correa y Gabriela Sarpi. Su desarrollo lleva casi cinco años, siendo financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile (ANID), a través del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef) ID18I0189 adjudicado en 2018 y Fondef IT 21I0043 adjudicado en 2022.
Ahora se encuentra en etapa de aplicación real, con foco en la industria minera nacional y con potencial de expansión internacional. Adicionalmente, el equipo cuenta con patente de invención nacional, tanto para el dispositivo mismo como para el procedimiento de muestreo y procesamiento de cuantificación del extracto, de manera de cuantificar la bioaccesibilidad de metales pesados en relaves mineros.
Actualmente se trabaja con diversos proyectos mineros, obteniendo excelentes resultados. Con apoyo de la Dirección de Transferencia Tecnológica y la Oficina de Transferencia y Licenciamiento (OTL), el equipo de inventoras UTEM espera licenciar la tecnología para asegurar su explotación nacional e internacional.