We Tripantu: Comunidades desconfían de los anuncios del gobierno

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Inti Raymi para los atacameños o licanantay, Machaq Mara para los Aymara, Aringa Ora o Koro Rapa Nui para los isleños y We Tripantu o Wiñol Tripantu para el pueblo mapuche. Son algunos de los nombres del nuevo ciclo que comienza para los pueblos originarios que habitan en Chile

 

Las jornadas de celebración se extendieron desde el 18 de junio hasta  ayer, pero en medio de los festejos también se expresan algunos conflictos que siguen afectando a los pueblos.

 

Los comuneros mapuche del territorio de Pewenko, en la comuna de Victoria, iniciaron la renovación de la naturaleza y el llamado “retorno del sol”, con una lucha frontal contra la invasión forestal y monocultivo de pino, como acto de compromiso con la tierra y sus ciclos.

 

Luis Curamil, werkén de la comunidad Pancho Curamil, a minutos de realizar un corte a la ruta internacional explicó que la acción buscaba hacer frente a los abusos de la Forestal Masisa, ubicada en terrenos ancestrales.

 

“Nosotros en este momento llevamos dos trabajos paralelos: uno es celebrar, reflexionar del We Tripantu, conversar con los jóvenes e incluso los adultos, y al mismo tiempo llevamos la presión en contra de Masisa”, afirmó.

 

Con esto buscan que la empresa y el Gobierno se involucren de manera seria en la discusión sobre el futuro de los recursos naturales, por lo que aseguran que “no se detendrán hasta que exista una respuesta”.

 

Casos como éste siguen existiendo muchos. Por lo mismo, en la celebración del Día Nacional de los Pueblos Indígenas, la Presidenta Michelle Bachelet sostuvo en La Moneda que se debe “iniciar un nuevo ciclo en nuestras relaciones interculturales”, para reponer la deuda de casi 25 años de democracia.

 

Para ello, planteó los tres pilares del trabajo que realizará el Gobierno. El primero es dar participación política a los pueblos indígenas, un factor fundamental de conocimiento e integración, según estudios internacionales, afirmó la Presidenta. Con esto, se busca lograr una representación efectiva en el Congreso.

 

Otro eje sería avanzar en el crecimiento territorial, fortaleciendo las Áreas de Desarrollo Indígena (ADIS) y el programa de compra de tierras, con los datos que entregará un catastro que ya se ha realizado, aunque sin detallar en qué predios, ni los mecanismos de adquisición de dichos terrenos. En esa línea, indicó que la agenda completa de pueblos indígenas será anunciada en los próximos días.

 

Finalmente, se contempla generar un cambio de institucionalidad, lo que ya ha sido citado varias veces por la Mandataria. Se trata de contar con un ministerio de Asuntos Indígenas y un Consejo de los Pueblos, ambos sometidos a un proceso de consulta como dispone el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

 

Asimismo, la Presidenta añadió, que se realizarán cinco etapas, las que se inician con la planificación de la Consulta, seguida de una fase de información y una tercera de deliberación interna sobre las medidas. En una cuarta etapa se busca llegar a acuerdo sobre las mismas y, finalmente, elaborar un informe detallado del proceso, que será público. Todo este proceso durará alrededor de seis meses.

 

Sin embargo, se anunció que la Consulta se realizará con el sistema heredado del gobierno anterior, el Decreto N° 66, que es altamente resistido por varias organizaciones indígenas. Zenón Alarcón, representante Aymara para la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (Conadi) se refirió a este tema, augurando disputas a futuro.

 

“Hay que ver si el proceso es de buena fe, como señala el Convenio 169”, manifestó el consejero, quien añadió que el tema más delicado es el decreto que dejó instalado “entre gallos y medianoche y con cero representatividad” el anterior gobierno. Si es así, sostuvo que “van a entrar en colisión absoluta con la Consulta”, asegurando que espera “que prime la cordura”.

 

Esto genera dudas en el procedimiento y sobre la representatividad real que tendrá esta nueva institucionalidad, a lo que se suma la desconfianza que generó la reservada cita del ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, con la familia Luchsinger, de la que poco se supo y que se realizó después de un encuentro con el intendente Francisco Huenchumilla.

 

Desde La Moneda aseguran que este reciente encuentro responde al modelo que se ha utilizado para hacer frente al conflicto, que consiste en “reunirse con todos los actores involucrados”, de la misma manera en la que el intendente se reunió con la otra parte, el machi Celestino Córdova, en la cárcel de Temuco.

 

Pese a esto, desde las comunidades miran con desconfianza estas señales en pleno We Tripantu, esperando que se pase del discurso a las acciones concretas, y que las autoridades de Gobierno muestren voluntad política de concretar los cambios y generar el clima que permita dar ese giro en las relaciones interculturales.

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