Superintendencia rechaza información de cuatro estaciones de monitoreo de calidad del aire

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A pocos días de que comience la temporada de episodios críticos de contaminación en la Región Metropolitana, un informe de la Superintendencia del Medio Ambiente, del 14 de marzo pasado, rechazó la ubicación y con ello los datos arrojados por cuatro de un total de 11 estaciones de medición de la calidad del aire del Ministerio del Medio Ambiente.

 

Estos equipos son clave, pues miden los índices de material particulado PM 2,5 -polución fina y dañina presente en el ambiente-, registros que son publicados para que la población conozca los niveles de esmog y proteja su salud.

 

La fiscalización realizada por la Superintendencia detectó que las estaciones no son representativas poblacionalmente, es decir, no están situadas en un lugar adecuado, que refleje las emisiones que respira la población en un determinado sitio.

 

El estudio indica que la estación de Cerro Navia, que en 2013 presentó la mayor cantidad de alertas ambientales de la capital con 13 días en esa condición, está mal ubicada: fue emplazada a corta distancia de fuentes emisoras de polución (se encuentra a menos de 10 metros de la calle). Según la normativa, esto genera una alteración en los resultados que arroja.

 

Se advierte, también, que la estación del Parque O’Higgins, en la comuna de Santiago, es una de las que tiene alta exposición a fuentes emisoras, pues se ubica a un costado del centro de eventos Movistar Arena. Se establece que es “la que posee mayor magnitud y frecuencia de emisión de polvo, debido a numerosas actividades recreativas que se realizan en interior de este recinto, lo que puede generar que el monitoreo no sea representativo”. A esto se suma la presencia de vegetación en el área, lo que también interfiere sus procesos.

 

En Talagante, donde se ubica una de las 11 estaciones, se detectó que los equipos están situados en un lugar intermedio entre el radio urbano y rural, lo que es considerado como fuera de la norma. Cerrillos, en tanto, no cumple con el estándar de calidad de los equipos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos. También se identificó que junto a algunas estaciones hay presencia de árboles, lo que distorsiona los datos.

 

El resto del instrumental fue aprobado con conformidad.

 

Zona saturada

 

Ante este análisis, el académico de Física de la U. de Santiago, Patricio Pérez, plantea la pregunta: “¿Se podrá declarar Santiago como zona saturada de material particulado fino, si los datos de las estaciones no son confiables?”.

 

El gobierno se comprometió en los primeros 100 días a declarar zonas saturadas a urbes como Santiago y Valdivia. Una comuna “saturada” de contaminantes se da cuando los niveles de polución superan el máximo establecido en la norma para un día o un año. Esto lleva a que se dicte un plan de descontaminación que considere medidas para proteger la salud.

 

El informe también plantea que los 11 dispositivos están incluidos en la lista de métodos de la Agencia de Protección Ambiental desde noviembre de 2013. La norma para declarar zona saturada establece, sin embargo, que estas estaciones deben medir durante tres años consecutivos bajo esta modalidad, lo que podría constituir un problema para cumplir el trámite en el plazo comprometido por el gobierno.

 

Consultada la Superintendencia de Medio Ambiente sobre qué antecedentes se utilizarán para la declaratoria, se informó que se hará una “auditoría únicamente sobre los datos adquiridos y validados en las siete estaciones que cuentan con representatividad poblacional”. Se añadió que cuando se haga esa investigación “y si es satisfactoria, el Ministerio de Medio Ambiente estará en condiciones de utilizar dichos datos validados, auditados y oficializados para la declaración de zona saturada”.

 

El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, explicó que, “a medida que la ciudad crece, hay que hacerles ajustes desde el punto de vista de su lugar de emplazamiento (las estaciones), pero tenemos una red robusta. Es más que suficiente para generar buena calidad del aire y alimentar modelos de pronóstico”. El secretario de Estado aclaró que lo anterior “no significa que no vamos a dictar la zona saturada, porque tenemos una buena red de monitoreo con datos históricos de aproximadamente 1995”.

 

Héctor Jorquera, académico de la Facultad de Ingeniería de la U. Católica, afirmó que cuando una estación “no representa los niveles a los que la población está expuesta, sino que capta el polvo de la vía pública, se distorsiona la medición”. Agregó que en caso de que se cambien de ubicación se perderá la información que la estación registró durante los años. En el caso de los monitores que fueron rechazados, tienen datos históricos sobre aire desde mediados de la década del 90.

 

Fuente: La Tercera

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