Registran considerable aumento de embarazos en ballenas jorobadas en la Antártica

“Medimos las concentraciones de progesterona en 264 muestras obtenidas desde 244 ballenas jorobadas”, detalló el escrito. Los resultados de lo anterior arrojaron que, en promedio, el 63,5% de las hembras tuvieron un embarazo durante el periodo mencionado. El mayor porcentaje se registró en 2014, un 86%; el menor, por otro lado, se vio en 2010, un 36%.

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Ballena Jorobada.

En los últimos días, una investigación científica dio a conocer que la población de ballenas jorobadas en la Península Antártica registró un aumento considerable debido a la cantidad de hembras preñadas que investigadores siguieron en un periodo de seis años, en 2010 y entre 2013 y 2016.

El autores del artículo de la Royal Society titulado “Altos índices de embarazo en ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) cerca de la Península Antártica, evidencia de una población en aumento”, indicaron que lograron tomar 577 muestras de tejido para muestreo de ADN, con lo que pudieron identificar a 268 especímenes femeninos y 239 masculinos.

“Medimos las concentraciones de progesterona en 264 muestras obtenidas desde 244 ballenas jorobadas”, detalló el escrito. Los resultados de lo anterior arrojaron que, en promedio, el 63,5% de las hembras tuvieron un embarazo durante el periodo mencionado. El mayor porcentaje se registró en 2014, un 86%; el menor, por otro lado, se vio en 2010, un 36%.

“Estos altos índices de embarazo son consistentes con una población que se recupera de la explotación, pero parecen ser inconsistentes con recientes estimaciones del crecimiento de población de jorobadas en la península”, señalaron los científicos.

El estudio también logró documentar evidencia que algunas hembras comenzaron a ovular después de dar a luz e incluso volvieron a quedar preñadas, añadieron.

“Las estimaciones de embarazo son importantes para evaluar los efectos dependientes de la densidad avisorados para poblaciones que se recuperan y acercan a la pre explotación (…). Históricamente, la evaluación del estado reproductivo de los cetáceos fue obtenido con la examinación de cadáveres de caza comercial. Tras la protección de ballenas jorobadas decretada por la Comisión Ballenera Internacional en 1966 esta fuente de información se ha vuelto inaccesible para esta especie”, detalló la indagación.

¿Son los índices de embarazo “muy altos”?

Debido a su sobreexplotación, esta especie ha estado por años en la mira de la comunidad internacional y la preocupación por su extinción parece crecer cada día más.

No obstante, los autores del estudio dieron un dato que no pasa desapercibido. “A nivel global, la recuperación de las poblaciones de jorobadas bajo esta protección ha sido muy efectiva, como se ve reflejada por la decisión de degradar a la especie a la categoría de menor preocupación por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en 2016″.

Pero el cambio climático podría afectar la sobrevivencia de las crías, teniendo en cuenta que éste ha generado un aumento de 7 grados Celsius en la temperatura de la zona desde los años 1950, lo que se ha traducido en el colapso de placas de hielo, la retirada de los glaciares y la exposición de hábitats previamente ocultos.

Aún cuando se puede pensar que menos hielo es negativo, para las crías y sus madres no lo sería. En conversación con El Mercurio, el biólogo y miembro de las fundaciones Yubarta y Whalesound, Juan Capello, reconoció que lo anterior propicia el aumento del principal alimento de estos animales: el krill.

“Es una tendencia que ya lleva tiempo, pero producto del cambio climático la variación en la última década ha sido gigantesca. Algunos años nacen más y otros menos”, concordando con los datos del estudio.

A juicio de Sonia Español, miembro de la Fundación Meri, la investigación de la Royal Society es “muy interesante” ya que da luz sobre lo que pasa con estos animales, pero sí destacó que el seguimiento de las madres y sus crías es esencial para validar lo recolectado.

“La ballena puede estar preñada, pero después el feto no tiene por qué desarrollarse o puede nacer y morir a corto plazo”, espetó.

“Hay un aumento, aunque hablar de ‘baby boom’ es mucho decir. Vamos por el buen camino, pero queda mucho por delante”, dijo Español.

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