Pistas para una economía doméstica “verde”

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/  por José Leal, Universidad Mayor.

 

Pistas para una economía doméstica “verde”

A modo de decálogo 

 

1. Comprarse un Honda o un Toyota híbrido. Por menos de 20 millones se puede conseguir uno nuevo, los usados son más económicos. Varios líderes de opinión preocupados por el calentamiento global han recibido uno de regalo, o casi. Se les puede preguntar a ellos si lo recomiendan. También hay un Mazda con baterías alternativas, de precio similar, millón más millón menos. En ambos casos uno baja su huella de carbono, ver los catálogos.

 

2. Instalar en casa un sistema de calefacción geotérmico, aprovechando la energía del subsuelo. Sistema probado en casas de Los Dominicos y La Reina. Cuesta algo más de 2 millones instalarlo y puede hacer bajar considerablemente las cuentas de luz y gas (disminuyendo así las emisiones de nuestra sucia matriz energética). Se contribuye a la eficiencia energética. El sistema se entrega interconectado para evitar contratiempos. Pedir también opinión a los líderes ambientalistas, casi todos lo han instalado.

 

3. Colocar colectores solares en la casa de la playa. Probado en Cachagua, Tunquén y Santo Domingo. Costo aproximado de 1 a 2 millones por colector, el ideal es instalar una red con 3 paneles. Permite calentar agua para la ducha, la cocina y la calefacción. También se entrega con conexión a la red para cuando falla el sol, pero está garantizado como fuente energética alternativa. Se mencionan esos balnearios porque muchos líderes (política, empresa, televisión) se han instalado allí desde hace tiempo. Está demás hacer referencia a las ventajas en materia de huella de carbono.

 

4. Utilizar solo las autopistas urbanas de pago, bien pavimentadas y que permiten un desplazamiento rápido, diluyendo la emisión de gases. El costo adicional es marginal y se compensa con el gasto en neumáticos y amortiguadores que implica usar calles tipo Av. Andrés Bello o Av. Santa María, llenas de hoyos. Circular fuera de las horas de punta (menos de 300 pesos el tramo). Hay que recordar que la lentitud en el desplazamiento aumenta las emisiones de GEI. Esto fue lo mejor que se pudo presentar para las celebraciones del bicentenario.

 

5. Instalar molinos de energía eólica en la parcela de Chicureo o el campo en Linares (dependiendo de las propiedades de cada cual). Con una inversión de 10 millones, que se puede amortizar usando los instrumentos de la nueva ley corta, se contribuye a la crisis energética nacional y se moderniza el paisaje. Los nuevos empresarios innovativos son la vanguardia en este tema. Ni hablar de sus efectos favorables en materia de huella de carbono.

 

6. Fumar cigarrillos light e ingerir bebidas light. Hoy en día algunas marcas light cuestan solo 2.000 pesos y las colas light de litro y medio la mitad. Aún cuando suele ser un poco más caro consumir light, está demostrado que los gordos hacen mayor contribución al calentamiento global que los flacos. El cigarrillo light contamina menos, también está demostrado y hace bajar de peso. En la misma línea, es recomendable corchetearse la guata, operación que cuesta entre 2 y 3 millones, dependiendo del cirujano, y ayuda notablemente a este proceso.

7. Moverse de Santiago durante el invierno, o cuando se pueda, tanto en dirección a la casa de la playa, la parcela de agrado o el fundo. Suele costar más o menos unos 10.000 pesos en peajes, tanto de ida como de vuelta. Si esos lugares han sido rediseñados por su dueño tal como se indica arriba, la contribución a proteger el medio ambiente es win-win. Por lo tanto es una buena inversión que liberará un poco a la ciudad de la presión de tanto vehículo motorizado en circulación.

 

8. Ir al templo los días de culto. El gobierno no puede hacer milagros para mejorar la calidad del aire en la RM, pero con ayuda divina puede que la cosa resulte. En esto casi no hay costo, salvo el consabido óbolo voluntario, que puede ser de 500 a 1.000 pesos. Cualquier religión sirve para este efecto. En la misma línea, hablar harto del tema puede exorcizar a los demonios de la polución. En esto el parlamento cuenta con líderes insuperables en materia de verba edificante.

 

9. Utilizar pantallas planas (televisor, computadora), que son por naturaleza menos demandantes de energía y de menor peso. Cuestan entre 50.000 y 100.000 pesos. Entregar para reciclaje los antiguos televisores, computadoras, equipos de música, caseteras, teléfonos celulares, ipod, mp3, mp4 y el resto de los aparatos de comunicación, tan necesarios. Hay emprendedores que han hecho de esto un buen negocio, incluso en el marco del recordado protocolo de Kioto, que en paz descanse.

 

10.     Remodelar el jardín. Está demostrado que los árboles constituyen una molestia desde el punto de la ecología urbana, la mayor parte de las plazas y parques deben aguantar árboles apestados, enfermos y pasados de moda. Pero lo peor es que ocultan el sol y por lo tanto hacen consumir más calefacción. Es mucho mejor utilizar plantas decorativas, remover los árboles viejos y plantar nuevos. No cuestan más de 2.000 pesos en los mall, y como crecen lento, el problema queda para las futuras generaciones.

 

Aviso: Agradecería difundir este decálogo. Por cada copia enviarme 1 dólar (Euros no, por favor) en calidad de royalty, que en este caso el interés privado coincide con el público. Me servirá para algún día aplicar el decálogo, por ahora no tengo financiamiento.

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