Patricio Ubilla, de Aqualogy Medioambiente: “Gestión de olores en empresas entró en etapa de mayor control”

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Freirina marcó el momento del quiebre. El plantel de cerdos de Agrosuper instalado en esta localidad en la Región de Atacama, en el que se alcanzaron a invertir 500 millones de dólares de 800 comprometidos, anunciaba su cierre a fines de 2012. La razón, olores molestos.

El problema de los olores molestos es común a diversas industrias y procesos, desde tratamiento de aguas servidas a la industria agroalimentaria. Los conflictos con comunidades en muchas de las instalaciones –hay catastradas aproximadamente 2.000 industrias que emiten olores molestos en el país- han ido escalando y cada vez es más normal ver pancartas y cierre de caminos por esta causa.

Patricio Ubilla, de Aqualogy Medioambiente, destaca que las empresas de manera creciente integran mecanismos de control de olores, tanto en la etapa de diseño como con la incorporación de sistemas de abatimiento.

Freirina no fue una excepción, pero sí el detonante de un proceso que debiera comenzar a mostrar resultados en los próximos meses. En septiembre de 2013 el ministerio del medio Ambiente publicó la Estrategia para la Gestión de Olores en Chile (2014 – 2017), que establecía la necesidad de “fortalecer el marco regulatorio a través de medidas en el corto, mediano y largo plazo que permitan cuantificar, controlar y prevenir la generación de olores, abordando la gestión del tema con un enfoque integral”. En forma paralela se trabajó en el Reglamento para el Control y Prevención de Olores, del Ministerio del Medio Ambiente, que podría ser publicado en las próximas semanas.

Para explicar los alcances de esta nueva etapa en la gestión de olores conversamos con Patricio Ubilla, jefe de Proyectos, Diagnóstico y Control de Olores de Aqualogy Medioambiente, quien destaca que en este proceso han participado de manera activa “los tres pilares fundamentales para la gestión de olores: el Ministerio, la comunidad y las empresas”.

¿En qué situación se encuentra el control de olores en empresas?

En concreto, actualmente no hay un marco normativo claro que permita controlar los olores. A lo que se recurre es al Decreto 144/1961, del Ministerio de Salud, “establece normas para evitar emanaciones o contaminantes atmosféricos de cualquier naturaleza”, cuerpo normativo aun aplicable, pero de carácter genérico. El Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental también ha servido para introducir la variable impacto de olores de algunos proyectos, lo que se ha potenciado luego de la creación de la Superintendencia del Medio Ambiente, que tiene las herramientas para fiscalizar los compromisos asociados a estas emisiones, siempre que las restricciones a este tipo de emisiones se encuentren reflejadas en las RCA (Resoluciones de Calificación Ambiental) correspondientes.

Desde hace 20 años en Europa se aplican normas vinculadas a la emisión de olores, por lo que no es necesario crear nada nuevo, no obstante se hace necesario ver la forma de adaptar las herramientas y procedimientos relacionados a medición y control de olores a la realidad nacional. Así se ha entendido en la Estrategia, por lo que es previsible que en el futuro reglamento se consideren estándares y sistemas de medición similares a los que se aplican en otros países, que en la práctica han permitido el control de emisiones de olores molestos.

¿Cuál es la forma más eficaz de medir olores? 

Actualmente ya existe un estándar para medir olores en Chile (NCH3190), el instrumento llamado olfatómetro que utiliza narices humanas como órgano perceptivo para determinar las “Unidades de Olor”. Existen instrumentos llamados narices electrónicas, pero al día de hoy todavía no dan buenos resultados confiables en el tiempo. Hay equipos que pueden medir compuestos específicos, pero en general los olores son mezclas complejas en que un compuesto se puede comportar químicamente de manera diferente y ser enmascarado o potenciarse en presencia de otras sustancias. Nuestra nariz es un quimiorreceptor complejo que percibe los diferentes componentes  y establece una percepción a nivel cerebral, lo cual definimos como olor. El olfatómetro lo que hace es diluir una muestra y un panel de expertos determina el punto en que ésta comienza a ser perceptible, lo que se puede traducir en cantidad de unidades de olor presentes en esa muestra particular.

El reglamento deberá buscar que las industrias gestionen mejor sus emisiones de olores molestos y prevenir la emisión en las fuentes. En una etapa posterior como parte de la estrategia sin duda se regulara la inmisión, o sea el impacto de los olores en el punto donde se ubica el receptor.

¿Qué problemas podría enfrentar el futuro reglamento?

En estos momentos el país cuenta con muy pocos laboratorios con las capacidades e instrumentación para medición de olores, los que ya difícilmente pueden cubrir la demanda. Como ha ocurrido en otros casos, el reglamento probablemente abrirá un nuevo mercado y permitirá que nuevos laboratorios se sumen a estas mediciones, lo que a la vez debiera reducir los costos para las empresas, especialmente de regiones. Por otra parte tenemos la formación profesional.

El control de olores no se enseña en los centros de educación superior, por lo que es necesario que se incorpore la medición y el control de olores en las mallas curriculares de las carreras que se relacionan con el tema. Un profesional capacitado va a poder generar mejores soluciones y hacer la gestión adecuada de los sistemas de abatimiento de olores.

¿Podrá la aplicación de este futuro reglamento contener el creciente rechazo por parte de las comunidades a las instalaciones que emiten olores molestos?

Como en todo tipo de contaminación, no es previsible que los problemas de olores se reduzcan a cero. Las expectativas a las que apunta cumplir el reglamento es que los olores en las industrias sean lo menos invasivos posibles. El reglamento deberá buscar que las industrias gestionen mejor sus emisiones de olores molestos y prevenir la emisión en las fuentes. En una etapa posterior como parte de la estrategia sin duda se regulara la inmisión, o sea el impacto de los olores en el punto donde se ubica el receptor.

Las industrias ya están trabajando seriamente en el tema de control de olores, aun sin una normativa o reglamentación al respecto, asociaciones como Asprocer y las empresas sanitarias reunidas en Andess son ejemplo de ello. Se ha potenciado la medición, la incorporación de equipos de abatimientos, de sistemas de gestión, como por ejemplo el reemplazo de materias primas, pero lo más importante es que el tema se ha abierto a la comunidad. Es necesario que la gente sepa que las industrias están trabajando en controlar sus emisiones de olores y pueda generarse una relación constructiva que permita la convivencia de la población con las empresas que operan en el sector.

Probablemente los olores molestos seguirán siendo noticias, pero el reglamento, una disposición de las industrias a incorporar tecnologías de control y la adecuada fiscalización debieran reducir, en un mediano plazo, muchos de estos conflictos que incluso llegan a hacer inviables algunos proyectos.

MASTER_LOGOS.vectorialContacto Patricio Ubilla: pubillat@aqualogy.cl