Rodrigo Benítez, ex subsecretario del Medio Ambiente
En estos días se está llevando a cabo la COP20. Esta Conferencia de las Partes es el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y el propósito de estas reuniones anuales es examinar la aplicación de la Convención y continuar con el proceso de negociación entre las partes de cara a asumir nuevos compromisos en la línea de hacer frente al cambio climático.
¿Cómo se ha preparado Chile para avanzar y aportar en esta discusión? Tal como indica el Plan Nacional de Adaptación, recién aprobado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad, y que seguramente será uno de los grandes anuncios que Chile hará en esta reunión internacional, «Considerando que los efectos adversos del cambio climático representan una amenaza para el desarrollo sustentable del país, es al Estado a quien le corresponde un rol rector en materia de adaptación y reducción de las vulnerabilidades actuales y futuras, en especial en el contexto de la “adaptación planificada”.
De esta manera, además de los esfuerzos que Chile lleva haciendo desde hace 20 años participando de manera constante en la discusión internacional, a fines del 2011 se inició el proyecto MAPS Chile, que pretende entregar evidencia, proyecciones y opciones para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero con la finalidad de avanzar hacia un desarrollo bajo en carbono. En esta instancia han trabajado de forma permanente los sectores público, privado, académico y de la sociedad civil.
Este proyecto acaba de concluir su segunda fase, entregando la línea de base de las emisiones de Gases Efecto Invernadero para el período 2013-2030, la identificación y análisis de más de 96 medidas, y los escenarios de mitigación, junto a un análisis de los efectos macroeconómicos asociados a estos distintos escenarios. Esta información es sumamente relevante por diversos motivos.
- Nos permite evidenciar las posibilidades de reducción de emisiones del país al 2020, con la finalidad de evaluar el cumplimiento de nuestro compromiso voluntario ante la Convención.
- Adicionalmente, nos entrega datos relevantes para explorar opciones, de cara a la negociación de un posible régimen vinculante de reducción de emisiones.
El temor de siempre es que esta COP20 mantenga el estado de las cosas y no logre acuerdos reales y concretos de avance. Estos días las discusiones han estado centradas en el financiamiento y no necesariamente en los compromisos de los países.
Chile tiene las herramientas para avanzar en estos temas: Línea de base, medidas y escenarios evaluados, y un plan nacional de adaptación que permitirán ir haciendo frente a esta realidad del cambio climático. Habrá que esperar algunos días para ver si la negociación internacional está a la altura de las circunstancias.
