La güiña es mucho más resiliente a la amenaza humana de lo estimado

Un estudio en la región de La Araucanía reveló que si bien el felino se ha adaptado bien a la presencia y actividades del hombre, la pérdida de bosques y de la continuidad de los mismos está limitando el área donde puede vivir.

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Fotografía de Eduardo Minte publicada en Ladesur.

Un trabajo publicado en Journal of Applied Ecology asegura que más que por la pérdida de su hábitat, específicamente en La Araucanía, la güiña, uno de los felinos más pequeños de América, está mayormente amenazada por la fragmentación de éste. Sin embargo, aún así se las ha arreglado para sobrevivir. Esta especie habita exclusivamente entre las regiones de Coquimbo y Aysén.

«La güiña es bastante tolerante a la pérdida de su hábitat, pero lo que sí necesita son fragmentos o islas de bosque», explica Nicolás Gálvez, quien encabezó el trabajo como investigador el Instituto de Conservación y Ecología Durrell, de la Universidad de Kent.

La subdivisión de las tierras y la presión inmobiliaria han hecho que los pequeños pedazos de bosques que quedan en la zona comiencen a desaparecer, afectando directamente a la güiña. Entre 2012 y 2014, los investigadores instalaron cámaras trampa con sensores de movimiento en 145 sitios de La Araucanía. Así pudieron ver la actividad del felino y su interacción con estos pequeños bosques isla. Mientras más fragmentado el territorio, menos comida y más contacto con humanos, corriendo así grave peligro.

La interacción con estos últimos es otra de las dimensiones del estudio. La güiña tiene la mala fama de entrar a los gallineros, pero al parecer esto sería más mito que realidad. «De las 233 personas entrevistadas, solo el 6% tuvo contacto con la guiña en los últimos cuatro años», dice el investigador. Esto a pesar de que en los sitios estudiados la presencia del felino es sobre 70%.

«El 10% de los encuestados admite haber matado a una guiña durante los últimos 10 años. No tenemos claridad de cuál ha sido el impacto en su población, pero estas situaciones se dan solo cuando hay un encuentro», comenta Gálvez.

Si bien la fuente de la amenaza ha cambiado, el estatus de la güiña sigue siendo el de vulnerable, agrega el científico. Dada la geografía de Chile y la dimensión humana del problema, sobre todo en la zona centro sur del país, es necesario tomar medidas más generales para su resguardo y no solo aplicarlas, aisladamente, en parques o zonas protegidas.

La mezcla de cámaras trampa y las encuestas a los habitantes de la zona permitirán no solo implementar medidas de protección para la güiña, sino también para otros felinos como el gato colocolo o el puma, dice el investigador. Desde 1996 la güiña está catalogada como especies vulnerable en la Lista Roja de la UICN, por ello urge la conservación de sus 10 mil ejemplares. 

Fotografía por Eduardo Minte, publicada en Laderasur.

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