Por los 137 años que habían pasado sin un terremoto en el norte, se esperaba que el siguiente movimiento en la zona alcanzara hasta una magnitud 9. Sin embargo, el terremoto que finalmente afectó a Iquique, en abril de 2014, alcanzó 8,1 grados. Varias veces menos que lo esperado y en sólo un tercio de la brecha sísmica.
¿Por qué no hubo un terremoto mayor? De acuerdo a un grupo de investigadores, liderados por Jacob Geersen, del Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel, de Alemania, montañas submarinas, ubicadas en la placa de Nazca y en la zona de subducción entre ésta y la Sudamericana, bajaron la tensión.
Estudiando la topografía del fondo marino, los expertos descubrieron que la placa de Nazca en la zona afectada no es totalmente plana, sino con numerosos volcanes extintos o montañas marinas que son empujadas junto a la placa de Nazca bajo la Sudamericana. Esto provoca muchas fracturas que liberan la tensión, por lo que el terremoto resultante es menor.
“Durante la subducción los montes crean una compleja red de fracturas. Esto significa que no hay sólo una placa límite tectónica, sino que muchas pequeñas fracturas. Las tensiones en la red de fracturas son muy hetereogéneas y distribuidas en muchas pequeñas fracturas. Esto provee condiciones muy desfavorables para que los grandes terremotos se propaguen”, dice Geersen.
Una situación similar sucedió con el terremoto de Nankaido, Japón, en 1946.
Sergio Barrientos, director del Centro Sismológico Nacional (CSN), señala que es una de las primeras veces que se presenta evidencia de lo que ocurre, “porque ha habido mucha discusión acerca de qué es lo que controla que haya estos desplazamientos”.
El sismólogo explica que hay zonas en que la placa está más acoplada, porque las montañas submarinas funcionan como clavos que traban el ingreso de la placa de Nazca bajo la Sudamericana. Este trabajo permite ver en detalle cómo están distribuidas.
“Los montes son puntos de contacto entre las placas, ahí es donde se acoplan. Los terremotos ocurren cuando estos montes submarinos tienden a desplazarse, por estos 6 ó 7 metros”, agrega. Donde hay montañas, las placas se tocan más fuerte, por lo que se desplaza menos, mientras la parte lisa se desliza fácilmente.
Fuente: La Tercera
