Informe IPBES alerta riesgo de extinción de 1 millón de especies causada por la acción humana

Como anfitrión COP25, Chile puede cumplir un rol global no solo para combatirlo sino también para prevenir sus efectos en la extinción masiva de especies.

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El huemul, endémico de Chile y Argentina, está catalogado En Peligro de Extinción.

No hay dos lecturas: la evidencia científica sobre el rápido deterioro de la naturaleza en el mundo, así como de las contribuciones que la biodiversidad entrega a las personas, es irrefutable. Así queda claro tras revisar las conclusiones del Informe de Evaluación Global elaborado por la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES, por sus siglas en inglés).

El informe es un llamado de atención para que los responsables políticos y las empresas tomen medidas decisivas, enfatizando la urgente necesidad de alcanzar en 2020 un nuevo acuerdo para la naturaleza y las personas.

Con 1.800 páginas, este histórico reporte presenta el primer panorama completo del estado de la biodiversidad mundial desde 2005, con evidencia proporcionada por 400 expertos de 50 países. El análisis, que reitera muchos de los hallazgos del Informe Planeta Vivo WWF de 2018, presenta una imagen alarmante de las extinciones de especies, la disminución de la vida silvestre, la pérdida de hábitat y el agotamiento de los servicios de los ecosistemas que son cruciales para nuestro sustento y desarrollo económico.

Entre sus resultados, resalta que tres cuartas partes del medio ambiente terrestre y alrededor del 66% del medio ambiente marino se han alterado considerablemente. Más de un tercio de la superficie terrestre del mundo y casi el 75% de los recursos de agua dulce ahora se dedican a la producción agrícola o ganadera, y alrededor de un millón de especies de animales y vegetales están en peligro de extinción, más que nunca en la historia de la humanidad.

El informe también ofrece un estudio exhaustivo de la interrelación entre el cambio climático y la pérdida de la naturaleza. Entre los principales contribuyentes de las alteraciones en los ecosistemas, el cambio climático generado por los seres humanos se identifica entre los impulsores clave que exacerban el impacto de otros que producen cambios en la naturaleza y el bienestar humano.Las emisiones de gases de efecto invernadero se han duplicado, elevando las temperaturas globales promedio en al menos 0.7 grados centígrados, mientras que el promedio global del nivel del mar ha aumentado de 16 a 21 centímetros desde 1900. Estos cambios han contribuido a los impactos generalizados en muchos aspectos de la biodiversidad, incluyendo la distribución de especies.

“Nos enfrentamos a una crisis ambiental. El vínculo entre un sistema climático estable y la protección de la biodiversidad es inequívoco. El informe de la IPBES aclara que el cambio climático es a la vez un factor clave y una creciente amenaza para la degradación de la biodiversidad. Un cambio de la temperatura global a más de 1.5 grados centígrados tendrá consecuencias más catastróficas en la delicada red de la vida de la que dependen la naturaleza y las personas”, señala Manuel Pulgar-Vidal, líder de la práctica energética y climática global de WWF.

En esta línea, Chile puede jugar un rol importante para propiciar un incremento en la ambición de los compromisos climáticos de los países en el marco de la COP25, así como promover soluciones basadas en la naturaleza para hacer frente a la amenaza climática y sus efectos, entre los que aparece el peligro de extinción para diversas especies.

“Es esta misma naturaleza que está sufriendo el cambio climático la que podría ser parte de la solución para combatirlo. Las soluciones basadas en la naturaleza, que incluyen la restauración de ecosistemas degradados, la gestión de áreas protegidas y la infraestructura verde han demostrado una gran efectividad y beneficios adicionales para el desarrollo sostenible. Mantener la biodiversidad es también mantener las opciones para la adaptación al cambio climático. Adicionalmente, los bosques, los océanos y los humedales han demostrado científicamente su enorme capacidad de absorber y retener el dióxido de carbono que está aumentando la temperatura del planeta”, destacó Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile.

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