Gran parte del país tiene superávit de agua caída tras sistema frontal del fin de semana

Por un lado, hay embalses que alcanzaron ya el 100% de su capacidad; por el otro, Iquique lidera el déficit de precipitaciones, situación que también se da en otras ciudades, como Chillán, Valdivia y Punta Arenas.

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Con un 100% de déficit de precipitaciones en relación a un año normal, Iquique lidera un ranking que también engrosan Chillán (-43%), Concepción (-31%), y le siguen Calama, Valdivia, Punta Arenas y Curicó. Sin embargo, tras las intensas lluvias del fin de semana pasado, varias otras ciudades revirtieron esa situación, y hoy superan -algunas, con creces- el agua caída respecto de un año normal, considerando las 22 estaciones que publica la Dirección Meteorológica de Chile.

Una situación que se repite en los embalses, como en las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, donde la mayoría de esas unidades supera el 75% de su capacidad de almacenamiento, mientras represas como La Laguna y Puclaro, en Elqui; Recoleta y Cogotí, en Limarí, y Corrales y El Bato, en Choapa, se encuentran al 100%.

Ello ha permitido asegurar el riego para unas 2 a 5 temporadas agrícolas, según la región. En Atacama, las juntas de Vigilancia del Río Copiapó y del Río Huasco garantizan riego para dos temporadas agrícolas, dado que los embalses Lautaro, en Tierra Amarilla (24 millones de m3), y Santa Juana, en Vallenar (169 millones de m3), están llenos. En la Dirección General de Aguas (DGA) aclaran que, pese a ello, se mantiene la crisis hídrica por el agotamiento de la cuenca del río Copiapó, y esperan que en 2020 esté operativa una planta desaladora en Caldera que asegure el recurso para Chañaral, Caldera y Copiapó.

En la IV Región, algunas asociaciones de riego han decretado ya dejar escurrir libremente el recurso a los usuarios, situación que no se percibía desde hace 10 años, afirma el presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí, José González.

Más al sur, el “temporal”, según lo calificó la Dirección Meteorológica de Chile, por la intensidad del sistema frontal y la velocidad del viento, provocó la crecida de ríos que desde hacía años no se observaba.

Lo vivieron Carla Pineda y sus familiares y vecinos del río San Pedro, muy cerca de la intersección con la Ruta 5 Sur, en la Región de Los Ríos. “Subió harto el nivel. Aquí había dos islotes y un sector donde incluso extraían áridos”, cuenta. Pero la crecida del río lo arrasó, y ahora “nos preocupa que el río arrastra troncos y rocas”, explica. Y aunque habitualmente les toma 5 minutos cruzar en bote para ir “al frente”, a Los Lagos, “ahora no podemos, porque no sabemos cómo viene el río. Tenemos que salir a la carretera”, una vuelta que les toma entre media y una hora.

En la Dirección Meteorológica de Chile explican que “es un año neutro cálido” y anticipan que seguirá lloviendo, con dos nuevos frentes el jueves y el domingo, aunque menos intensos que el del viernes y sábado. Tanta agua descargó este, que hay estaciones que marcan el doble o el triple de precipitaciones que en igual periodo de 2016. El caso extremo se da en Balmaceda, con 364.4 mm, frente a los 43,3 mm del mismo período del año pasado.

Respecto de la infraestructura, la mayor parte de las ciudades soportó bien las lluvias, salvo desbordes como el del río Botrolhue, en La Araucanía, o Curanilahue, que no resistió los 189,5 mm en 3 días que dejó al 20% de sus viviendas anegadas.

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