Evalúan instalación de nuevos observatorios de vigilancia volcánica en el altiplano, zona central y Patagonia

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El Servicio Nacional de Geología y Minería, Sernageomin, realizó un balance sobre la situación individual de los 5 volcanes con indicadores por sobre su línea de base: Villarrica (en alerta Naranja), Chaitén, Calbuco, Copahue y Guallatiri (en alerta Amarilla), ocasión en la que el director de la institución, Rodrigo Álvarez Seguel, expuso que “se está evaluando cuál debe ser el siguiente paso del país en materia de vigilancia volcánica, principalmente respecto de la necesidad de construir nuevos observatorios, para redistribuir y especializar el monitoreo de los volcanes activos de Chile y permitir la incorporación de nuevos volcanes a la Red Nacional de Vigilancia Volcánica”.

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La autoridad adujo que “la experiencia internacional es útil para dimensionar este tema. Por ejemplo, en Italia hay un observatorio para el volcán Etna en Sicilia y uno para el Vesubio en Nápoles. La filosofía de Italia es que en general debe haber un observatorio por volcán. En Estados Unidos, hay un observatorio para los volcanes de la isla grande de Hawaii (volcán Kilauea); y en Sudamérica, Colombia tiene 3 observatorios para múltiples volcanes. Chile, así como Ecuador y Perú, tiene un observatorio para distintos volcanes. Lo que procede ahora es evaluar para saber cuál es la mejor opción que garantice que en el futuro, cuando se sumen más volcanes a la Red, la calidad de la vigilancia volcánica siga siendo tan buena como en la actualidad”.

Al respecto, el Sernageomin, a cargo de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, señaló que “en 1996 era técnicamente apropiado construir al Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) en Temuco, porque los volcanes más activos de Sudamérica se encuentran entre el volcán Nevados de Chillán, en la región del Bíobío, y el volcán Calbuco, en la región de Los Lagos, y de hecho el Llaima y el Villarrica, muy cerca de la latitud de Temuco, son los dos de mayor actividad a nivel continental”.

Al respecto, el volcanólogo Álvaro Amigo señaló que “dado que en los próximos años continuarán sumándose volcanes activos a la Red, es tiempo de iniciar la evaluación del siguiente paso. Probablemente, lo adecuado sería disponer de al menos 3 observatorios más: uno para el monitoreo de los volcanes activos del altiplano en el norte; uno para la vigilancia en Chile Central; y uno para los volcanes activos de la Patagonia. Esta es la propuesta que ahora aparece como la más razonable desde un punto de vista técnico, pero aún se requiere un análisis más pormenorizado”.

 “El modelo de monitoreo de Chile es diferente porque nuestra realidad es particular. Se abarcan ya 43 volcanes activos y seguiremos sumando durante 2015, lo que sitúa a Chile como el país de la red con más volcanes monitoreados. Ahora procede atender a que el territorio es extenso, y se puede hacer un seguimiento y estudio con gran estándar de calidad si hay una presencia territorial apropiada en cuanto a observatorios”, afirmó el profesional.

Paralelamente, el volcanólogo Gabriel Orozco expuso que “hoy el despliegue se realiza básicamente desde Temuco hacia todo el país, lo que en la próxima década, al sumar volcanes activos a la Red Nacional de Vigilancia Volcánica, podría redundar en cierta dificultad respecto de la instalación de nuevos equipos de monitoreo y su mantención en los edificios volcánicos más distantes, porque cada vez se sumarán más volcanes activos”.

El profesional explicó que “la asistencia profesional directa a las autoridades de cada región, y la elaboración en terreno de mapas geológicos y de peligro para conocer las áreas susceptibles de afectación, son los temas principales que motivan el desafío para la desconcentración mediante varios observatorios, porque se requiere despliegue en terreno, mientras que la vigilancia volcánica es un trabajo esencialmente a distancia, y se trata de algo que de momento está cubierto. Además de mejorar la eficacia, la disponibilidad de nuevos observatorios ayudaría a profundizar el conocimiento de los sistemas volcánicos de cada región. Es una opción que merece una evaluación en detalle”.

La institución informó que en lo que resta de 2015 se instalarán 38 nuevas estaciones de vigilancia de diferente tipo en los volcanes Villarrica, Lonquimay, Calbuco, Cerro Azul-Quizapu, Osorno, Lastarria, Nevados de Chillán, Irruputuncu, Ollagüe, Olca, Yate, Corcovado, Nevado de Longaví, Macá, Hornopirén, Yanteles, Llaima, Láscar, Planchón-Peteroa, además de la instalación experimental y marcha blanca en dos sectores no cubiertos actualmente por la red: Magallanes (volcán Reclus) e Isla de Pascua (volcán Terevaka). A la fecha, hay 365 nodos de transmisión de datos y estaciones de vigilancia. Estas últimas incluyen por regla general sismómetros, estaciones de posicionamiento satelital (GPS), inclinómetros, equipos de espectrometría de absorción óptica diferencial (que mide la concentración de dióxido de azufre (SO2) de origen volcánico), micrófonos y cámaras web que vigilan la actividad superficial.