Especialista advierte a viñas sobre uso excesivo de pesticidas

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El doctor en Ciencias Agronómicas Héctor Valdés, enfatizó en seminario realizado en la Universidad de Talca, que el uso de productos fitosanitarios debe restringirse a lo estrictamente necesario para evitar efectos nocivos en la salud de las personas y en el planeta.

 

Los viticultores chilenos deben preocuparse de reducir el uso de pesticidas, porque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), a la que pertenece Chile, más temprano que tarde, establecerá exigencias en ese sentido. La indicación la realizó el académico de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca, Héctor Valdés,  doctor en Ciencias Agronómicas, quien se refirió al tema en una conferencia organizada por el Programa de Adaptación al Cambio Climático y el Doctorado en Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca.

 

El tema presentado, “Estrategias sustentables de manejo de enfermedades en vides con una reducida huella de carbono”, responde a un problema del uso excesivo de pesticidas por parte de la viticultura. “Hay muchas aplicaciones fitosanitarias en la viticultura que tienen un importante costo ambiental, además de económico, y ese costo ambiental puede ser incluso dañino para la salud humana. Entones, la idea es cómo, con una estrategia innovadora, podemos disminuir esas aplicaciones manteniendo el nivel de control que buscan los vitivinicultores, para no tener daño en su producción”, manifestó.

 

Con ese fin, lo que se recomienda es hacer un monitoreo en terreno y sobre la base de esa observación decidir si es necesario realizar aplicaciones, en lugar de la práctica actual de efectuar esta tarea en forma calendarizada cada siete días. “Es como hacerle un examen al viñedo y  así decidir si se aplica el producto o no. De esta manera no hacemos un tratamiento a ojos cerrados”, acotó.

 

Héctor Valdés sostuvo que, aun cuando la mentalidad ha ido cambiando, todavía está la idea en los agricultores de aplicar productos fungicidas, más allá de lo necesario, para eliminar toda posibilidad de que la uva tenga alguna enfermedad como oídium. “Además están influidos por las compañías que recomiendan sus productos y aconsejan que los apliquen cada cierta cantidad de días, porque así es efectivo. Entonces se produce un cierto paradigma en el sentido de que, independiente de que hay un problema ambiental que se está generando, todavía no se logra concientizar a los agricultores para que cambien su forma de trabajo y ser un poco más amigables con el medio ambiente”, recalcó.

 

Efecto invernadero

 

Al respecto, precisó que la agricultura aporta alrededor del 20 por ciento de todo el gas de efecto invernadero y, por tanto, contribuye a acentuar el cambio climático. “Por lo tanto, cualquier manejo que nos permita disminuir la liberación de gases de efecto invernadero, es favorable. En el caso señalado, como hacemos las aplicaciones con maquinaria, con tractores, que emiten CO2, si podemos disminuirlas a la mitad o más, automáticamente estaremos reduciendo nuestro impacto sobre el medio ambiente”.

 

De acuerdo a su experiencia en Francia, expresó que en este país hay mayor conciencia e incluso existe un programa que propuso disminuir, hacia 2018, al 50 por ciento las aplicaciones de pesticidas en toda la agricultura.  En su opinión, Chile está obligado a poner los ojos en este tipo de medidas, por ser miembro de la OCDE, organización que está tratando de imponer una reducción del uso de pesticidas.  “En algún momento nos van a exigir cumplir con esta normativa”, afirmó. Para motivar a los agricultores, observó que hay que insistir en que menos aplicaciones de pesticidas significan menos costos para ellos.

 

Fuente: www.elrancaguino.cl

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