Embalse La Paloma aumenta en 56 millones de metros cúbicos solo en los últimos 15 días

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  • Se estima que de continuar este buen escenario la infraestructura de Limarí podría incluso llegar a un 80% de capacidad a fines de año. Con lo que tiene en la actualidad, permitiría asegurar el riego para las próximas 3 o 4 temporadas.

La temporada agrícola 2013-2014 sin lugar a dudas fue la más crítica en materia de disponibilidad hídrica en la región. Al 28 de febrero, el embalse La Paloma, la más grande de la infraestructuras de la zona (750 millones de metros cúbicos), llegaba a tener 25, 20 millones de metros cúbicos, lo que equivalía a un 3% de su capacidad total. De hecho, en esa oportunidad el actual vicepresidente de la comunidad de aguas del embalse La Paloma (CASEP), José Eugenio González, señalaba que se trataba de niveles mínimos históricos.

“Si uno mira las estadísticas de 30 años y prácticamente de 100 años, nunca el afluente al embalse La Paloma ha sido inferior a 30 millones de metros cúbicos en el año, es lo más bajo que ha llegado históricamente desde que empezó su operación”, precisaba en esa oportunidad.

Tres años después, el escenario es totalmente diferente. Según el informe dado a conocer por la Dirección General de Aguas (DGA), el temporal de lluvias que azotó a la región entre en 11 y el 13 de mayo ha provocado que solo en los últimos 15 días al tranque La Paloma hayan ingresado 56,22 millones de metros cúbicos, pasando de 339,66 millones de metros cúbicos que tenía disponibles el 11 de este mes, a 395,88 millones de metros cúbicos el pasado día 23.

El aumento en el caudal de entrada ha sido uno de los factores determinantes, pues a la fecha es prácticamente 6 veces más de lo que ingresaba al 30 de abril. Para esos días era de 4,36 metros cúbicos por segundo, mientras que al martes se empinaba a 26,33 metros cúbicos por segundo.

Su llenado actual alcanza el 53%, pero hay que considerar que dada su magnitud, a la fecha mantiene reservas incluso muy superiores a Puclaro, que alcanza 205,05 millones de metros cúbicos.

Este nuevo escenario lógicamente mantiene contentos y esperanzados a los regantes, quienes ven una mucho mejor perspectiva para lo que serán las temporadas venideras. Así lo confirma José Eugenio González, quien indica que “esto no lo veíamos hace por lo menos 10 años”.

Ahora dice, mantienen una muy buena entrada y cómo ha habido nuevas lluvias prácticamente no ha habido salida de agua. “La única pérdida se produce por evaporación y filtraciones, de manera que está subiendo bastante”.

La otra buena noticia, precisa, es que a la fecha la cordillera se mantiene con una buena cantidad de nieve. “De acuerdo a las proyecciones que ha hecho el profesor Pablo Álvarez de la universidad de La Serena, en la cuenca del Río Grande deberíamos estar con un afluente del orden de los 400 millones de metros cúbicos a esta fecha”. Esto equivale el promedio a 1,40 de nieve.

Con estas expectativas, indica, se podría esperar incluso que a fin de año se pueda recuperar de manera considerable la capacidad. “Nosotros calculamos que con lo que hay en este momento y considerando que se va a usar agua, deberíamos terminar con alrededor de 600 millones de metros cúbicos, incluso si no hubiera más precipitaciones. Eso nos da estabilidad por lo menos para 3 o 4 temporadas más con riego normal y con alguna restricción puede durar 4 años. Yo creo que en disponibilidad de agua estamos muy bien, pero hay que ir evaluando de igual forma mes a mes qué pasa con Paloma”, puntualizó”.

El resto de los embalses

La situación en el resto de las infraestructuras hídricas de la región es igual de alentadora. Al 23 de mayo en total suman 938,7 millones de metros cúbicos, de 1318,7 millones de metros cúbicos, es decir, las reservas alcanzan un 70%.

“Pasamos de un 2014 en que llegamos a un 4% de disponibilidad total en la zona a un 70% que tenemos a la fecha. Hay que también ver la parte positiva de este temporal, porque si bien es cierto causó algunos daños, desde el punto de vista de la disponibilidad de agua es muy positivo, no tal solo para la agricultura, sino también para la bebida, podemos asegurar incluso hasta 4 temporadas con esta capacidad y con el buen manejo que siempre han tenido las asociaciones de regantes”, sostuvo la seremi de Obras Públicas, Mirtha Meléndez.

De hecho, Cogotí, que agotó absolutamente sus reservas al 2014, gracias a estas últimas lluvias llegó a su capacidad máxima de 136 millones de metros cúbicos. Se calcula que solo este embalse regaría aproximadamente unas 6 mil hectáreas de cultivos y habría también mayor seguridad para los sistemas de Agua Potable Rural (APR).

Ya era conocida también la buena situación de La Laguna y Puclaro, en el valle de Elqui, el primero a máxima dotación y el otro con un 98%.

En Choapa, El Bato y Corrales, llegan a 96% y 95% respectivamente. La seremi de Obras Públicas destaca el caso de Culimo, que también estuvo seco por mucho tiempo y hoy vive una evidente recuperación. “Lo que ocurre en este embalse es histórico, nunca había tenido esa cantidad de agua, llegó a estar años seco y esa cuenca es bien productiva”, resaltó Meléndez.

La autoridad aprovechó para destacar el trabajo conjunto que se ha hecho con los regantes, sobre todo durante el último temporal. “Ha habido una disposición enorme de las asociaciones de regantes para trabajar con nosotros y la DGA, que tiene las competencias, en facilitar y dejar un colchón de agua en los embalses de tal forma de que cuando han venido estas grandes crecidas, se amortiguan y no se aumenta el caudal, lo que podría tener consecuencia más complicadas”.

Este positivo escenario se da aun cuando todavía ni siquiera comienza el invierno. Por ello y aunque los regantes han sido cautos en señalar que habría que esperar hasta agosto, mes que se hace el cálculo de la disponibilidad de agua en base a los deshielos, ya hay quienes comienzan a especular, por qué no, que incluso la próxima temporada podríamos tener los embalses en su máxima disponibilidad. “Como vemos el escenario, yo te aseguro que vamos a terminar el año con los embalses llenos prácticamente”, recalcó la seremi del MOP.

Esta situación no se da desde 1997, año en el cual luego de verse muy reducidos en su nivel, tras el temporal los tranques se llenaron absolutamente. 3701i

Aporte a la economía

En una región como Coquimbo, que en los últimos años enfrentó una de las sequías más crudas de los últimos 100 años, el que exista disponibilidad de agua va más allá de poder regar los cultivos, sino que trae consigo la reactivación de la economía, impactando no solo al agro, sino que a la minería, a la industria e incluso al turismo, pues el llenado de estas infraestructuras hídricas las vuelves ahora un atractivo importante para los visitantes.

“Con esta capacidad la agricultura tiene más sustento y la banca privada podrá otorgarles mayores créditos, porque no van a tener ya problemas con la disponibilidad de agua, pero no solo eso, sino que permite asegurar el agua para el consumo humano, la industria, la minería, por eso lo vemos como una muy buena noticia”, destacó la seremi de Obras Públicas.

Fuente: El Día

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