El nivel del mar aumentará aún más rápido de lo previsto hasta ahora

Las predicciones de los expertos de la ONU reflejan "un futuro desastroso para la vida en el océano y para los millones de personas que dependen de él" si no se reducen las emisiones.

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El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas acaba de publicar un nuevo informe centrado en los océanos y la criosfera, cuyas conclusiones confirman e intensifican la previsión de un incremento acelerado del nivel del mar.

El aumento alcanzaría, según los cálculos de los expertos, unos 84 centímetros de aquí a 2100, pudiendo llegar hasta los 1,1 metros, si las emisiones de gases de efecto invernadero continuaran al ritmo actual. A más largo plazo, las estimaciones son aún más preocupantes, con un aumento de hasta 5,4 metros en el año 2300.

La proyección es más pronunciada que la que el propio IPCC publicó en 2014, en su Quinto Informe de Evaluación, donde se preveía un aumento menor en 10 centímetros al actual para 2100. El motivo es que ahora los expertos consideran que la capa de hielo antártico se derretirá más rápido de lo que anteriores estimaciones supusieron.

Aunque es sabido que los mares son un indicador eficaz del cambio climático, esta es la primera vez que el IPCC dedica un informe específicamente a los océanos y la criosfera. Según explica Dan Laffoley, catedrático en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, «somos un mundo oceánico, dirigido y regulado por un gran océano y estamos presionando a ese sistema vital hasta sus mismos límites«.

Reducción de las emisiones

La científica Lisa Speer, del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales, insiste en la necesidad de proteger los mares y propone un límite concreto: «Debemos, con la mayor urgencia, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, proteger grandes áreas del océano global de la actividad dañina humana: un 30% para 2030 sería un buen inicio».

El informe del IPCC, pese a establecer una aceleración respecto a las anteriores previsiones, sí coincide con todos los estudios previos en que una rápida reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero aún reduciría significativamente el incremento. Según los actuales cálculos, en este escenario el aumento se quedaría en casi la mitad, hasta dejarlo en los 43 centímetros para 2100.

Si no se reducen las emisiones, en cambio, las estimaciones de los expertos hablan de un invremento del nivel de los océanos a partir de esa fecha más de 10 veces más rápido del aumento que experimentaron durante el siglo XX.

Los glaciares en peligro

Los glaciares, en este escenario, perderían más de un tercio de su actual masa, y muchos de ellos quedarían reducidos al mínimo o incluso dejarían de existir.

La tendencia ya se ha notado, por ejemplo, en el hielo permanente (permafrost) del hemisferio norte, deonde se han registrado temperaturas récord. También en los Alpes, la meseta del Tíbet o Escandinavia se ha detectado un calentamiento consistente.

El proceso de calentamiento conduce al deshielo del permafrost, que libera así dióxido de carbono y metano en la atmósfera, gases que, a su vez, contribuyen a una aceleración del mayor cambio climático.

El informe también advierte de que, junto a la altura media, también se incrementarán las extremas, lo que significa que aumentos de nivel que habitualmente ocurren cada siglo tendrían en un futuro próximo, el año 2050, una periodicidad anual. Algunos países insulares, señala el IPCC, se volverían entonces inhabitables.

«Lo que necesitamos ahora es un auto-interés ilustrado en llevar a cabo las acciones que protegen el océano y el clima, los cuales, a su vez, protegen y mantienen a la humanidad», indica Laffoley.

Una amenaza y una oportunidad

En paralelo a la publicación del informe, la revista ‘Science’ ha presentado un análisis en el que se destaca que, además de ser una amenaza en un escenario de cambio climático acelerado, los océanos esconden también varias claves para mitigar el problema.

Las algas, la energía del mar o los suelos oceánicos pueden convertirse en importantes recursos para reducir las emisiones, indican los científicos. «El océano no es sólo una víctima del cambio climático, sino también una poderosa fuente de soluciones», explican.

Un tema en cuya urgencia, precisamente, insiste el nuevo informe del IPCC, en el que se refleja «un futuro desastroso para la mayoría de vida en el océano y para los miles de millones de personas que dependen de él», según resume el comentario en ‘Science’, firmado por Ove Hoegh-Guldberg, de la Universidad de Queensland, y otros científicos.

«Durante demasiado tiempo, el océano ha estado prácticamente ausente de la discusión pública sobre cómo reducir las emisiones de carbono para afrontar los retos del cambio climático», aseguran Hoegh-Guldberg y sus colegas. Algo que, esperan, el nuevo informe IPCC contribuirá a cambiar.

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