Cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial Del Agua para dar relevancia y centrar la atención en el llamado “oro líquido para la vida” y así crear conciencia, porque al contrario de lo que muchos piensan el agua es un recurso limitado, pero también un derecho fundamental para preservar la vida de todos, razón por la cual existe interés en apoderarse de ella o de obtener beneficios de su escasez.
En los últimos años ha sido notoria la disminución de este recurso hídrico, esto debido a factores mayoritariamente antropogénicos, como lo son la explotación de acuíferos, contaminación y cambio climático, el crecimiento poblacional en el mundo y las guerras entre naciones por el dominio de los recursos naturales.
Es en este último punto en el que me quiero centrar. En la actualidad, el uso, posesión o explotación de los recursos naturales está ejerciendo una presión insostenible sobre la disponibilidad de recursos naturales y sobre todo en el agua, que en la medida que se privatiza y se convierte en mercancía se transforma en una fuente de conflictos, una lucha por la sobrevivencia y una guerra de poderes. Se dice que más del 40% de los conflictos armados internos de los últimos 60 años están vinculados con los recursos naturales, lo que se ve acrecentado con el aumento del impacto del cambio climático en todas las regiones, lo que conlleva a que el riesgo de conflicto continúe creciendo.
Es importante reconocer que existen diferentes herramientas que podrían ayudar a rebajar el riesgo de conflictos, entre ellas: regular los recursos, principalmente compartiéndolos; mediar empoderando, principalmente a la mujer y garantizarlo como un derecho fundamental.
Y, por sobre todas las cosas, es importante comprender el valor de los recursos naturales como el agua, que el libre comercio y la globalización no nos haga invadir el espacio ecológico de las comunidades, porque son ellos los que le dan valor a estos, claramente el problema no es de ellos puntualmente, si no la codicia de las corporaciones empresariales y las asociaciones entre éstas, que clasifican a los recursos naturales, de manera errada, como capital natural, en vez de patrimonio natural.
A lo largo del último tiempo han nacido muchos movimientos sociales por la recuperación del agua, esperemos sean estos los que tengan éxito y puedan revindicar el derecho al acceso a ésta, a la tierra y a la protección del medio ambiente y se puedan compartir equitativamente los recursos vitales.
