“Los apicultores atraviesan por una situación compleja, sus planteles han desaparecido en un 50, 70 y hasta en un 100%”, dijo el diputado del PRSD, José Pérez Arriagada, en su intervención en la Cámara.
Con la presencia del ministro de Agricultura, Carlos Furche, el parlamentario por el distrito 47, agregó que “necesitamos una Ley para la apicultura, las abejas se están muriendo”, e indicó que a su juicio es un problema trascendental que no está siendo abordado por las autoridades.
En mayo del año pasado, en la región del Biobío se dañaron más de 1.000 cajones de abejas, acarreando pérdidas por más de 60 millones de pesos, sin contar las pérdidas futuras por la baja producción de miel, recordó el diputado.
“El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) no ha brindado apoyo frente a estas emergencias, y nosotros como país, tampoco nos hemos hecho cargo de tal amenaza”, acusó Pérez.
La gran amenaza
Una de las graves amenazas para las abejas, agentes polinizadores, es la varroa, un ácaro que parasita a las abejas en todos sus estados debilitándolas hasta la muerte.
La varroasis es una enfermedad de la cría y de las abejas adultas, que representa un gran problema en la apicultura mundial, es una enfermedad difícil, de propagación rápida, que debilita y hace estragos en la colmena.
Pero aparte de la pérdida en la producción de la colmena, existe un peligro de la contaminación de la miel con residuos ante el uso indiscriminado de productos químicos para su tratamiento y muerte de colonias completas.
El parlamentario radical calificó esta situación como “gravísima” y dijo que “si bien existen muchas opciones de control en el mundo, es necesario diseñar estrategias de control en cada región o en cada país, ya que tanto el ácaro como las características climatológicas, íntimamente vinculadas a su producción, son propias de cada lugar”.
El diputado finalizó advirtiendo que también que “no hemos controlado las fumigaciones a través de insecticidas que también afectan de sobremanera a esta actividad del agro”.
Fuente: La Nación
