Al escribir esta columna sé que al ser publicada en el Día de Medio Ambiente, también será una pre-emergencia ambiental para Santiago y Rancagua. El invierno nos recuerda todos los días que el principal problema ambiental de Chile y, también del mundo, es la calidad de aire. Los países han hecho esfuerzos importantes, pero la información científica nos dice que tenemos que seguir progresando. Si bien teníamos controlada la situación por el MP10 en Santiago, la entrada en vigencia de la norma de MP2.5, material particulado fino, nos mostró que a pesar de que habíamos reducido la concentración anual de éste en torno a dos tercios, nos quedaba mucho por delante.
El año pasado logramos reducir los episodios críticos del sur en torno al 30%. Un esfuerzo monumental entre los ministerios de Medio Ambiente y de Salud, y, por cierto, la ciudadanía. Fuimos capaces de reducir las consultas médicas en unos 25.000 casos por enfermedades respiratorias. Evitamos la muerte prematura de 270 chilenos. Este año sumamos a Coyhaique y Santiago a las medidas por MP2.5 y eso nos muestra que tenemos más episodios de los que hacernos cargos. El primer mes de alerta sanitaria en Coyhaique ha permitido reducir los episodios críticos en la ciudad en un 30%. ¡Tremendo resultado! Y este año en la Región Metropolitana tenemos disponible herramientas para actuar con mucha más frecuencia para proteger la salud de las personas.
Estas han sido medidas paliativas que han sido efectivas. Pero el verdadero esfuerzo viene de los 14 planes de descontaminación que estamos diseñando para el 87% de la población expuesta a contaminación de Chile. Si el estándar del pasado fuera lo que nos motivara, estaríamos con la pega cumplida. Hoy tenemos listos dos planes de descontaminación: Andacollo y Temuco. Y terminamos los anteproyectos de Osorno, Talca, Chillán, y Coyhaique. Antes de que termine el año tendremos anteproyectos para la Región Metropolitana, Los Angeles, Valdivia, Huasco y posiblemente el de Con-Con/Puchuncaví. Terminaremos nuestra gestión con planes para Curicó y Gran Concepción.
Nuestro compromiso por el aire es profundo, con la Presidenta Bachelet liderando esta estrategia que lanzamos en mayo del 2014 y que estamos cumpliendo.
El aire limpio es el desafío del país, y el gobierno de Chile está comprometido para enfrentarlo, en cuanto a la toma de medidas estructurales que le cambien la cara a la calefacción del sur.
Nuestro mayor desafío requiere de nuestro mayor esfuerzo. Un mayor esfuerzo que se da cuando la exigencia ciudadana es máxima: Aire limpio para Chile… Porque es bueno para nuestra salud. Porque es bueno para nuestras ciudades. ¡Porque es bueno para el futuro de nuestros niños!
