Científicos reconstruyen la evolución climática del Seno de Reloncaví

La investigación determinó diversas variaciones climáticas ocurridas durante los últimos 700 años en esta zona de la Región de Los Lagos.

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Por medio de la paleo-oceanografía, ciencia que estudia la historia de los océanos a través de la información obtenida de los sedimentos marinos, un equipo de científicos encabezado por las investigadoras del Centro de Investigación Oceanográfica COPAS Sur-Austral, Carina Lange y Lorena Rebolledo (hoy en INACH), pudo determinar cómo los cambios climáticos naturales ocurridos en el planeta durante los últimos siglos, han afectado la productividad marina y las fuentes de materia orgánica en la zona del Seno de Reloncaví, Región de Los Lagos.

A partir de muestras de sedimentos extraídas a diversas profundidades del fondo marino, los científicos analizaron la composición de las distintas capas que forman la columna sedimentaria, las que se ordenan según su edad (siendo la más profunda la más antigua). Mediante el análisis de materia orgánica de origen terrígeno y de microalgas preservadas en los sedimentos, se pudo determinar que el río Puelo ha sufrido grandes variaciones en su descarga de agua hacia el fiordo durante los últimos 700 años, y que la clara disminución en su caudal, desde mediados del siglo IX, está asociada a una baja de las lluvias en la zona.

Además, la investigadora de COPAS Sur-Austral Carina Lange agrega “en estos sedimentos también identificamos capas de arena provenientes de las laderas que bordean el fiordo, las que se generaron por movimientos telúricos asociados a varios terremotos históricos que afectaron el área durante el último milenio”.

El sur de Chile es una región que cuenta con un potencial único para la reconstrucción de la variabilidad climática natural del hemisferio sur del planeta, especialmente en la zona de los fiordos y su área oceánica vecina. Aquí el clima está controlado por los vientos del oeste, responsables de las grandes lluvias y de la acumulación de nieve en la Cordillera de Los Andes, lo que trae consigo una alta descarga de agua y sedimentos de los ríos hacia los fiordos. Tanto los microfósiles de agua dulce como los marinos abundan en los sedimentos, lo que permite determinar la fluctuación de su abundancia y, como consecuencia, inferir la variabilidad en la productividad de los ríos y su aporte de agua dulce a través del tiempo.

“A falta de registros instrumentales de larga data para esta zona, la perspectiva “geológica” proporcionada por los sedimentos marinos es crucial para comprender la dinámica de los cambios climáticos ocurridos en la Patagonia. En ese sentido, ciertos microorganismos y compuestos orgánicos (denominados biomarcadores) que se preservan en el fondo de los fiordos, pueden entregarnos una historia desde décadas hasta miles de años atrás, acerca de precipitaciones y descarga de agua de los ríos hacia los fiordos, por ejemplo”, afirma la Dra. Lange.

Estos resultados científicos resaltan el potencial que guardan los sedimentos de los fiordos de la Patagonia chilena, pudiendo ser empleados como verdaderos archivos para reconstruir la variabilidad pasada del clima en el Seno de Reloncaví y de otras zonas del nuestra Patagonia. “La clave para conocer estos cambios del pasado se encuentra en los sedimentos marinos, los que nos permiten “leer” la historia pasada como si fuera un libro”, complementa Carina Lange.

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