Atributos de sustentabilidad han perdido relevancia en publicidad inmobiliaria en la Región Metropolitana

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Un estudio realizado por la Escuela de Arquitectura de la UC y el Cedeus, concluyó que los elementos sustentables como el “doble vidriado en ventanas”, o los “colectores solares térmicos” han ido disminuyendo en la publicidad e interés de los consumidores. El único que ha aumentado es la “certificación energética”.

Doble vidriado en ventanas, colectores solares térmicos o viviendas “energéticamente eficientes”, han sido los atributos sustentables más utilizados por la publicidad de proyectos inmobiliarios en Santiago durante los últimos años.

La sustentabilidad entró con fuerza a la oferta de edificios y casas nuevas, como un “valor agregado” para los futuros compradores. Sin embargo, un reciente estudio realizado en conjunto por la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile y el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), concluyó que en los últimos años algunos de los principales atributos de sustentabilidad han perdido relevancia en el discurso de la oferta inmobiliaria en la Región Metropolitana, especialmente aquellos expresados individualmente como “doble vidriado en ventanas”, o “colectores solares térmicos”.

La principal razón de esta disminución del protagonismo sustentable es -según el informe- que por la propia masificación de la oferta estos atributos terminan uniformándose y, por ende, no ejerciendo efecto alguno en la diferenciación residencial. Esta situación, que a priori no tendría por qué representar una mala noticia -ya que se esperaría que más viviendas poseyeran estos atributos- si lo es cuando enmascara una regulación débil, que no entrega herramientas a los consumidores para una toma de decisiones informada.

En este sentido, el atributo de “certificación energética” es prácticamente el único que posee el potencial para construir una propuesta de construcción de valor en el tiempo. La experiencia internacional demuestra que, en general, este tipo de instrumentos son eficaces para salvar las asimetrías de información entre consumidores y desarrolladores.

Diferencia entre segmentos económicos

Otra de las conclusiones a las que llegó la investigación realizada entre 2012 y 2016, es la gran diferencia en el posicionamiento y evolución de estos elementos relacionados al medioambiente y eficiencia energética, según segmento económico. Por ejemplo, se observa como el atributo de “energéticamente eficiente” aparece con fuerza para el segmento de mayor precio a inicios del período y conforme avanza el tiempo, empieza a perder impulso, siendo superado desde fines del 2014 por el segmento de menos de UF2.000.

Sin embargo, para el caso del atributo de “certificación energética”, la presencia se concentra en el segmento de ingresos medios y principalmente altos a lo largo de todo el período estudiado. “La lógica de asignación y promoción de atributos asociados al producto inmobiliario nace de la concepción de cómo estos le agregan valor, lo hacen más atractivo y, en consecuencia, aumentan su demanda”, dice el estudio.

Según Felipe Encinas, arquitecto y director de Investigación y Postgrado de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Pontificia Universidad Católica de Chile (quien es autor del estudio junto a Carlos Aguirre, director de la Escuela de Construcción de la Universidad de las Américas), es esperable que existan diferencias importantes en los atributos de sustentabilidad a nivel territorial, asociado a las diferentes estrategias comerciales de los desarrolladores. “En una ciudad tan segregada residencialmente como Santiago, diferentes precios conllevan diferentes submercados territoriales. Mientras que en el caso de algunos sectores estudiados en el área oriente la estrategia comercial es claramente de diferenciación y enfoque a los requerimientos del usuario final, en viviendas de menor valor en el centro de la ciudad, está claramente orientada a inversionistas que deciden en base a la variable del precio”, explica el doctor en Arquitectura.

¿Eficiencia energética o greenwashing?

Otro tema en que hace énfasis el informe es la forma en que los nuevos proyectos inmobiliarios implementan y promocionan la eficiencia energética. Según el estudio, “poseer estándares mínimos débiles en términos de desempeño energético genera la posibilidad de acceder fácilmente a algún tipo de mejora, sin que efectivamente represente un aporte significativo en eficiencia energética, abriendo la puerta a la práctica del greenwashing (lavado de imagen verde)”. Nuevamente, aquí el consumidor queda en desventaja a la hora de determinar cuáles de estos atributos pueden realmente contribuir a la sustentabilidad de su vivienda.

Para Felipe Encinas, el mejoramiento de los estándares mínimos obligatorios establecidos en la reglamentación térmica vigente, podría incentivar la competitividad dentro del mercado, “generando no sólo mejores productos inmobiliarios en términos de calidad y de postventa, sino que también el desarrollo de proveedores de soluciones constructivas innovadoras y tecnologías de eficiencia energética”.

“Finalmente, los resultados presentados revelan cómo la asimetría de información antes descrita opera también de manera segregada, existiendo diferentes niveles de valoración de la sustentabilidad en los diferentes submercados de vivienda. La política pública debiese ser sensible a estas diferencias, especialmente cuando para los segmentos de menores ingresos existe un margen mucho más estrecho en la relación entre precio de venta y financiamiento inmobiliario como determinante del máximo a pagar por la vivienda”, concluye el académico de la Escuela de Arquitectura UC.

Fuente: Hub Sustentabilidad

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